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Los principios del capitalismo son la libre competencia para que los más eficientes sobrevivan (como en el darwinismo social). (imagen de http://canarias.indymedia.org) Esto es cierto y posiblemente óptimo siempre que los que desaparezcan, no hagan desaparecer a su vez una buena parte de un mercado o de otros mercados relacionados.

En ese caso, que llamemos empresas estructurales, la intervención del estado para preservar la continuidad del mercado saca a flote empresas que de otra manera se habrían hundido.

Pero esto tiene una consecuencia terrible que vivimos hoy en día. Mientras las empresas, por ejemplo los bancos, realizaban una mala gestión asumiendo riesgos que no podían soportar, hubo unos beneficios que repartieron entre sus gozosos accionistas.

Sin embargo ahora que quiebran, y su quiebra nos afecta a todos, socializamos las pérdidas y las asumimos todos los ciudadanos vía impuestos.

No estoy en contra de la intervención, puesto que su fin es mantener la economía activa, pero habría que hacerle tres matizaciones:

1) Cuando se hayan recuperado estas empresas, hay que recuperar lo invertido, es decir, que quiero (como ciudadano), que una parte de los beneficios futuros sirvan para reembolsar la salvación de hoy.

2) Quiero, que dado que aquellas empresas de tamaño suficiente o importancia estratégica suficiente, consulten las operaciones en que incurran en riesgos estructurales. Es decir prefiero inmiscuirme hoy en la gestión, y evitar tener que salvarlas mañana con inyecciones de liquidez equivalentes la 30% del PIB.

3) Quiero, como ciudadano, ya que estoy ayudando a la salvación de esas empresas obligarlas, al menos durante el periodo de apoyo a una transparencia total.

y finalmente no quiero que me engañen, esta salvacion nos va a costar una pasta, y quiero saber cuanto.